
Dice Evan F. Kohlmann en su web globalterroralert.com que la guerra entre Israel y los terroristas de Hezbollah en Líbano ha abierto nuevas heridas entre sunitas y chiítas. Esta vez no se trata de una cuestión teológica sino más bien de las envidias que han despertado los hombres de Hasan Nasralá en las filas de las doctrinas más extremistas, de las que se sirve Al Qaeda.
Y es que entre las familias terroristas de una y otra rama del Islam, el conflicto ha servido para lanzar al mundo una eficiente propaganda rematada con la "victoria" de Hezbollah, que ha visto reforzado su peso en el país tras una hábil estrategia bélica y post-bélica.
En plena Guerra del Líbano de 2006, el Ejército Al-Fatihin en Irak criticó el papel de Hezbollah. Según ellos, por "debilitar la Jihad en Irak". VER DOCUMENTO-PDF(en inglés)
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